Narra _____:
Toda mi bravuconería imaginada de princesa guerrera se
desvanece cuando soy derribada por la puerta gigantesca de Geekstuff.com.
Mientras paso por ella me golpea hacia adelante como una muñeca de papel. Es
todo lo que puedo hacer para salvarme de caer sobre mi cara en el oscuro
vestíbulo. Los contenidos de mi bolso crean una cascada de basura y papel. Me
las arreglo para mantener mi máscara de compostura manteniendo mis ojos
calificados en el disperso desastre.
Envases de maquillaje
y mi preciado iPhone han sido disparados como balas. Viajan lomas lejos,
viniendo a parar en la base del mesón con forma de gota, y por suerte, vacío.
No escapa de mí en este campo de batalla con aire
acondicionado que mi respiración suena embarazosamente irregular junto a las
muy calmadas y adecuadas inspiraciones estables de Justin.
Está en algún lugar a mi derecha.
Miro a través de mis pestañas y encuentro sus Supras blancas
moviéndose al epicentro de mi desastre. Me muevo en dirección contraria.
Mientras se agacha para recoger algunas de mis cosas, estoy
completamente consciente de que el tipo tiene acceso directo a mis secretos de
entrevista.
Esto me hace sentir enferma, y enojada conmigo misma por
perder el control de mis cosas.
Y de mí misma. Nunca pierdo control de eso.
Tengo pánico por un momento y miro dentro de mi bolso,
relajándome un poco cuando me doy cuenta de que es sólo mi maquillaje y
muestras de productos (como veinte pegatinas de parachoques) las que se han
caído. Los currículum y la lista ridícula de “Cómo Ser Normal” que mí siempre
útil hermana me pasó esta mañana todavía debe estar al fondo de mi bolso.
A salvo.
Estoy orgullosa de las pegatinas de parachoques así que…
dejémoslo mirar. Tal vez lo intimidarán.
Porque no estoy preparada para tener cualquier tipo de
sesión de confrontación comprensible: una sesión que debe pasar pronto, voy detrás
de mis otras cosas.
Recojo mi teléfono y el polvo sunshine glow mineral primero.
Este elemento ha estallado en bolitas de polvo beige algunas veces en mi bolso.
Estoy feliz de encontrar que está intacto y no sobre toda la
alfombra color berenjena.
Odio la basura, pero es el único producto que puede borrar
los círculos oscuros permanentes que tengo bajo mis ojos por no dormir en la noche.
Recojo el envase de rubor después. Es necesario porque tiene
el espejo y los refrescantes tonos rosa que mis mejillas de color gris ansían.
Mi brillo labial, luego las gotas para los ojos que
disminuyen el enrojecimiento son lo último. Meto los objetos en los bolsillos
de mi falda y me siento levemente consolada por su presencia. No que sea
vanidosa o algo; es sólo que sin estos productos luzco como el muerto caminante.
Una vez que estoy segura que mi expresión es sólida y
calmada, me obligo a girarme y ver a mi oponente.
Justin ha recogido casi todas mis pegatinas de parachoques.
En lugar de lucir impresionado y derribado por mis muestras de productos
geniales, tiene el valor de tener una expresión confusa. También está
sacudiendo su cabeza.
Con una mirada rápida de rayo hacia mí primero, lee una
pegatina de parachoques.
— ¿Miembro: CLM. Los Chicos en los Libros son Mejores?—Sacude
su cabeza de nuevo—No sabía que tú hacías estas pegatinas de parachoques. Este
ha estado en tu auto desde el mes pasado. Jadeo antes de que pueda detenerme.
— ¿Cómo sabes eso?
—Me gustan los autos y amo los Jeeps.
Sus ojos revolotean a mi rostro de nuevo y sus mejillas se
ponen todas rojas. Esta vez está intentando mantener mi mirada así que yo me
mantengo en la suya en un cruce de miradas y no respondo. El silencio siempre
enloquece a las personas.
Se encoje de hombros como si no lo hubiera notado y continúa.
—Tu Jeep es el vehículo más adornado de la escuela entera.
—Mueve mi pegatina en el aire—Pegaste este mismo tipo de tontería de cinta
adhesiva justo en la pintura. Se llamanpegatinas de parachoques por una razón.
Van en el parachoques. A pesar de que con tú paquete cromado ni siquiera haría
eso.
No tengo idea de lo que está hablando. ¿Qué es un paquete cromado?
Sorprendentemente, el tipo no rompe mi mirada a pesar de las balas de hielo que
le he lanzado. Tal vez no está usando sus lentes, o está demasiado oscuro aquí
para que sea apropiadamente efectiva. Es todo lo que puedo hacer para mantener
un rostro plano y las chispas saliendo.
Estoy perdiendo el control de nuevo. Esto es porque he
registrado dos cosas por sobre más allá de sus hipnóticos ojos verdes y voz
ardiente de estrella de rock.
1. Su perfectamente cuadrada barbilla tiene uno de esos
pequeños espacios limpios al medio.
2. Es más alto, y ancho por los hombros de lo que había
pensado.
Mi corazón se eleva en un tipo de privado granizo.
Mi lista no va a parar.
3. Su cabello todavía está húmedo de la ducha. Está hecha de
pequeños rizos dorados tintas una sorprendente cantidad de ellos.
4. Los mudos ojos no son simplemente miel. Son como un
estallido de arcoíris de mieles, dorados y marrones. En una inspección más
cercana, él… él es simple y completamente alucinante y… sólo lo diré de nuevo:
SANTO. SANTO. GUAU.
—Así que… _____ Jordan… ¿el gato se comió tu lengua?
¿Realmente le crees a esa pegatina de parachoques? ¿Es por eso que lo pusiste
en tu Jeep? ¿Que los chicos en los libros son realmente…mejores?—Me dispara una
pequeña sonrisa.
Tengo que esconder un segundo jadeo de sorpresa. No puedo
creer que este chico de aspecto perfecto conozca mi nombre tan bien como mi
Jeep, ¡y qué pegatina le he puesto!¿Que DOBLE-M? Me encojo de hombros.
—Sip. Lo creo. Estoy sorprendida de que puedas leer esos.
Tienen grandes palabras, Justin Bieber—disimulo,
lanzándole su nombre completo de vuelta y ocultándome en el sarcasmo mientras
trabajo para controlar el temblor amenazante en mi voz.
Siento como si estuviera a punto de ir dentro del modo
flaqueo y temblores. No puedo creer que he alcanzado este estado–no de una
pesadilla– ¿sino que porque encuentro a un tipo despampanante? ¿O es porque un
chico dijo mi nombre? Necesito recomponerme lo suficiente para asegurarme de
que Justin entienda que no estoy aquí para charlar o para hacer amigos ¡sin
importar cuán lindo es! No tengo suficiente energía en mí hoy para
conversaciones como esta.
—¿Te importaría devolverme mis cosas?—le digo en mi más
malvada voz. Bajando mis cejas en un modo de ataque. Me acerco, intentando muy
duro en no pestañear. También trabajo en mantener mis hombros bajos y mi
expresión aburrida. Muy aburrida, y llena de completo disgusto y desdén.
Una vez más, el tipo no hace lo que espero. En su lugar me
encuentra en el medio de la habitación y sostiene arriba dos pegatinas de
parachoques más.
—¿Preferiría estar en Forks? ¿Compro en la HOB? ¡¿Qué
siquiera significan estas?!
Tiempo para terminar esto, justo ahora. Todo está de pronto
muy cerca.
Eso, o él está demasiado cerca de mí. Nunca dejo que nadie
entre a mi burbuja, pero este chico casi la ha reventado. Destruido.
Está tocando todas mis cosas y huele a limas… o algo como
champú o jabón. Levanto una ceja, trabajando para alcanzar el correcto tono de
superioridad intelectual.
—Si nunca has leído los libros de Crepúsculo o la serie de
Los Juegos del Hambre no entenderías. Ni. Siquiera. Un. Poco. Son historias
complejas. Grandes palabras. Probablemente más allá de ti.
—Oye, ningún tipo con respeto propio leería esos libros, o
admitiría leerlos. —Él ríe.
No respondo. En su lugar, me agacho para crear algún tipo de
distancia mientras recojo el resto del montón de pegatinas de parachoques
todavía en el suelo. Estoy horrorizada denotar que uno de mis curriculum se ha
escapado. Levanto la mirada para ver si tiene algún papel impreso en sus manos.
No lo hace, gracias a Dios.
—Así que… ¿no me vas a decir qué significan? Vamos. ¿Qué es
la Hob? ¿Por qué Forks?
Cuando me paro, cambio a mi descaradamente grosero tono de
eres un idiota. Este es el que siempre molesta a mi mamá. Para estar segura de
que no está perdiéndose mí insulto esta vez, además cruzo mis brazos y hablo
muy lento como si estuviera hablándole a un niño.
—La Hob es de los libros de Los Juegos del Hambre. Es el
mercado bajo tierra donde los personajes intercambian comida e información.
Forks sería el pueblo en Crepúsculo. La locación. En habla de chico, Forks
equivale al planeta Tatooine de Star Wars. Tú sabes, ¿la casa de la niñez de
Anakin Skywalker? ¿O no te suenan ninguno de los grandes éxitos globales de
taquilla? Supongo que puedo usar Plaza Sésamo o Pokémon de referencia… ¿Si eso
te ayudara a entender mejor?
Bam. Eso debería sellarlo. No podría haber sonado más como
una completa perra. Él asiente.
—No, lo tengo. Mi habitación fue Tatooine por todo el
tercero y cuarto grado. Habla de chico… eso es gracioso. —Se ríe de nuevo, y
suena tan cálido y… y… ¡no del todo ofendido! Peor, la risa me ha desorientado
de nuevo.
— ¿Oh?—Se convierte en mi tonta respuesta incontrolada. De
pronto tengo cientos de preguntas sobre cómo su habitación debe haberse visto.
—Sí— continúa como si pudiera leer mi mente— Cubrí mis
paredes con estas horribles sábanas color canela para hacer que las tierras de
desierto continúen para siempre. Era más un riesgo de fuego más que nada bueno.
— Su mirada ahora se pegó de nuevo en mi rostro como si estuviera buscando
algo, esperando que haga algo.
Pero, ¿qué?
Bajé la mirada y jugué con el cierre de mi bolso, esperando
que no haya descifrado que estoy en territorio absolutamente desconocido aquí.
Para hora, aun los más duros chicos estarían corriendo en la
otra dirección. Por último estarían dándome tratamientos silenciosos. Tal vez
tendría que hacer esto directamente. Podía intentarlo: No había razón por la
que tuviéramos que hablarnos. Así que sólo detengámonos. Sólo así.
Para siempre. No me hables, yo no te hablo. ¿Trato? Se
aclara la garganta como señalando mí turno, pero cuando me niego a
comprometerme continúa.
—De cualquier modo… Crepúsculo, Los Juegos del Hambre. Esos
libros fueron leídos por treinta millones de niñas y sus mamás. Los chicos que
admiten estar dentro de la basura romántica están mintiendo o alardeando. ¿Cómo
está eso para habla de chico? ¿Y esas películas? Tienes que admitir que eran
extrañas.
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